Las reformas sociales hacen parte de la columna vertebral de las promesas de cambio del gobierno del presidente de Colombia, Gustavo Petro. Y una de ellas, la reforma laboral, tuvo un duro revés en junio cuando, por falta de quórum al finalizar la legislatura del primer semestre del Congreso, fue archivada. Desde entonces el mandatario dijo que insistiría en su trámite y aprobación.
«El hundimiento de la reforma laboral es muy grave. Demuestra que la voluntad de paz y de pacto social no existe en el poder económico. Dueños del capital y de los medios lograron cooptar el Congreso en contra de la dignidad del pueblo trabajador», dijo en su momento el presidente Petro.
La ministra de Trabajo de Colombia, Gloria Inés Ramírez, presentó este jueves ante el Congreso de la República una nueva iniciativa de reforma laboral más ampliada que la que había puesto a consideración del legislativo a comienzos de año y que naufragó por falta de mayorías en la ahora debilitada coalición de gobierno.
Esta nueva propuesta tiene 92 artículos, 16 más que la anterior. El documento radicado en la Secretaría del Congreso argumenta que esta iniciativa «tiene como propósito materializar el trabajo decente como pasaporte de ciudadanía, así como fortalecer las garantías de estabilidad laboral y formalización del empleo con justicia social, mediante la armonización de la legislación nacional con los estándares de la OIT, las obligaciones derivadas de tratados internacionales en materia de derechos humanos suscritos por Colombia y con lo dispuesto por las altas corporaciones de Justicia sobre la protección de los derechos al/en el trabajo”.
Según la ministra de Trabajo, la reforma busca promover el tránsito de los trabajadores a la economía formal, relaciones laborales justas, generar incentivos a los micronegocios y disuadir los despidos injustificados de los trabajadores, entre otras medidas.
«La jornada diurna comprenderá las labores realizadas entre las 6:00 a.m. y las 7:00 p.m., mientras que la jornada nocturna abarcará el período comprendido entre las 7:00 p.m. y 6:00 a.m. La duración máxima de la jornada de trabajo al día es de ocho horas, y de 42 horas semanales. La jornada máxima semanal podrá ser distribuida, de común acuerdo entre empleador y trabajador, en cinco o seis días a la semana, garantizando siempre el día de descanso y sin afectar el salario», según el documento oficial de la reforma laboral que comenzará a debatir el Congreso.
En el Congreso, la nueva iniciativa podría enfrentar de nuevo muchas dificultades para su trámite por la oposición de partidos políticos contrarios al Gobierno que se oponen a su aprobación.
«La forma en que se radicó la nueva reforma laboral es muy elocuente. La ministra lo hizo a escondidas y el mismo día en que Gustavo Petro le hizo un nuevo desaire al empresariado colombiano. No genera empleo, no promueve la formalización y propicia la conflictividad laboral», afirmó el representante a la Cámara, Andrés Forero, del partido de derecha Centro Democrático.
Además, varios de los partidos políticos que acompañaron al presidente de Colombia Gustavo Petro al comienzo de su mandato se han ido distanciando del mandatario por fuertes diferencias políticas frente a temas como la reforma a la salud, la reforma a las pensiones y la llamada política de «paz total» que busca procesos de diálogo y beneficios jurídicos para todos los grupos armados al margen de la ley, entre otros desacuerdos.
En algunos sectores, como la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), la nueva propuesta de reforma laboral no ha sido bien recibida. «Como miembros de la Comisión Tripartita de Políticas Laborales le habíamos solicitado formalmente al Ministerio que citara a una reunión para debatir un nuevo proyecto. Esto no sucedió Le pedimos adjuntar al proyecto la evaluación de impacto sobre el empleo hechos por el gobierno. Todos Necesitamos saber si se crean o destruyen empleos», sostuvo en su cuenta en la red social X, antes Twitter, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI.
Y es que las relaciones entre el presidente Petro y los empresarios no atraviesan por un buen momento. Hace una semana el mandatario canceló a última hora, y sin dar explicaciones, su participación en la clausura del congreso anual de la ANDI en la ciudad de Cartagena. Y este jueves aplazó una reunión prevista con el Consejo Gremial que se iba a realizar en la casa de Nariño y en la que se iban a tocar, entre otros temas, la reforma laboral.
Petro ha dicho públicamente en varias ocasiones, y así lo manifestó también en su discurso ante el Congreso en el inicio del segundo periodo de sesiones ordinarias el 20 de julio, que buscará un gran acuerdo nacional para sacar adelante sus reformas. «Nosotros consideramos que hay un buen ambiente para nuestras reformas. La reforma pensional pasó su primer debate, ya va a llegar a plenaria, esa reforma que empezó a construirse con todos y con todas. Aquí aprendimos que ninguno de los proyectos de ley, ni de gobierno ni de iniciativa parlamentaria pueden ser a la “berraca” como decimos en mi tierra. Todo tiene que ser concertado. Y nos hemos dado a la tarea para que eso sea así», le dijo a CNN la senadora Isabel Zuleta, de la coalición de gobierno Pacto Histórico.
De todas maneras, el camino que le espera a la iniciativa de reforma laboral no será fácil en esta legislatura. Más todavía teniendo en cuenta que el 29 de octubre se realizan las elecciones regionales y locales para elegir gobernadores, alcaldes, diputados y concejales en todo el país y eso está en la prioridad en la agenda de los congresistas. Lo que dificulta que los debates se realicen en las fechas establecidas, pues muchos de ellos están en las regiones apoyando a sus candidatos para los diferentes cargos públicos de elección popular. Estos comicios, para algunos analistas, serán el termómetro para medir la aprobación o rechazo a la gestión de Petro en la que va de su mandato. Y dejará un nuevo mapa electoral para las elecciones presidenciales de 2026.