Las autoridades de República Dominicana se han manifestado diplomática y públicamente en oposición a la construcción del canal desde la llegada al poder de Luis Abinader.
En el 2021, el Gobierno dominicano le dirigió una carta al entonces canciller haitiano, Claude Joseph, en la cual le advertía que los trabajos que llevaba a cabo su gobierno para construir un canal de desvió de las aguas del río Masacre eran una violación al derecho internacional y, sobre todo, al Tratado de 1929.
Estos acuerdos, “implican implícitamente la obligación de acordar con antelación la construcción de cualquier obra, como el canal en cuestión”.
En la misiva oficial enviada por la Cancillería, deja mal parada las declaraciones del ex canciller de Haití, quien dijo el pasado martes que en 2021 el Gobierno dominicano “llegó a firmar una declaración conjunta en la que reconoció que los trabajos que se realizaban para la captación de agua no representaba un desvío del cauce del río Masacre”.
Sin embargo, de acuerdo a la carta de la cual se ha obtenido una copia, el gobierno dominicano advirtió que “el río Dajabón o Masacre, que nace en territorio dominicano, es un curso de agua fronterizo que en algunos tramos sirve de límite entre ambos Estados. En este sentido, y de acuerdo con el artículo 10 del Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929, están prohibidas las obras susceptibles de mudar la corriente del río, aunque ambos Estados sí tienen derecho a usar este río «de manera justa y equitativa, dentro de los límites de sus territorios respectivos’, para «el riego de las tierras y otros fines agrícolas e industriales».
Aclaró que construcciones como esa son un peligro, “Sobre todo, en un ecosistema que ha sido tan degradado y que hoy en día se encuentra bajo un alto nivel de estrés ambiental”.
“Es cierto que, en el pasado, el Estado dominicano permitió la construcción de algunas tomas de agua para el riego y aprovechamiento agrícola y ganadero. Sin embargo, es menester enfatizar que la última de esas obras fue realizada hace 20 años, cuando la realidad hídrica, por el caudal que existía en esa época, era drásticamente distinta”, puntualizó en el comunicado.
En la citada misiva del 2021, la Cancillería dominicana recordó que los sucesivos gobiernos haitianos no solo han dado aquiescencia tácita a esas obras, sino que (…) esas obras también han beneficiado a agricultores haitianos a través de acuerdos de convivencia que permiten el uso de agua por sus compatriotas.
“Por contraposición, en el caso que nos ocupa, desde el momento que tuvimos conocimiento de la construcción del canal en territorio haitiano, nos hemos manifestado diplomática y públicamente en oposición a esa construcción unilateral y solicitado varias veces la detención inmediata de la obra”, expresa la carta del 2021 firmada por el canciller dominicano, Roberto Álvarez.
Resaltó el caso particular de la toma de La Aduana, ubicada aguas arriba de donde hoy se construye el canal de trasvase. En el año 2012, el gobierno dominicano propuso a Haití la construcción de un dique de aguas compartidas, el cual sería financiado por la agencia de cooperación japonesa, IICA. Sin embargo, el gobierno haitiano no mostró interés en la obra. “En la actualidad la obra de captación del canal La Aduana está inoperante, porque la extracción de gravilla, grava y arena por parte de empresas haitianas han afectado el flujo de agua en el cauce en esa zona. Un provecto de esa naturaleza hubiese evitado el impase que hoy se presenta”, destacó en la carta.
También, destacó que República Dominicana y Haití suscribieron en 1978 el Convenio para la construcción del Dique Derivador Internacional sobre el Río Pedernales, que ha sido un modelo exitoso y que, bien podría haber sido un ejemplo a emular en el caso del rio Dajabón o Masacre.
“Señor ministro, al gobierno dominicano hará todo lo que esté a su alcance para garantizar el continuo aprovechamiento del rio Dajabón o Masacre por parte de nuestros ciudadanos bajo los esquemas de convivialidad actuales. Asimismo, tomará todas las medidas necesarias para evitar que el ecosistema del río y cuerpos de agua vinculados y la integridad de las zonas sean afectadas por la construcción de esta obra”, advirtió el gobierno dominicano en 2021.
“Es por esto que reitero, de la manera más enfática posible, la posición del gobierno dominicano de que el gobierno haitiano debe detener inmediatamente la construcción del canal y abrir un diálogo con nuestro gobierno. Este diálogo tendría el objeto de explorar otras opciones para la generación de aprovechamientos de recursos hídricos alternativos, que brinde un beneficio para la población de ambos Estados”, reiteró.