Brasilia, Brasil (Agencias) – La clínica pública de Samambaia, en las afueras de Brasilia, se ha convertido rápidamente en un símbolo de la crisis sanitaria que asola a Brasil, eclipsando incluso la emergencia por COVID-19. El motivo: una inusitada y alarmante aglomeración de pacientes en los pasillos a la espera de tratamiento, todos afectados por la epidemia de dengue.
Esta enfermedad tropical transmitida por el mosquito Aedes Aegypti ha causado estragos en las tres primeras semanas del año, registrando 120.874 casos en Brasil, casi tres veces más que en todo el año 2023 (44.753 casos).
Brasilia, epicentro de la crisis, ha experimentado un aumento del 271%, convirtiéndose en la ciudad con el mayor número de casos proporcionales del país.
El Distrito Federal, solo en enero, ha registrado más de 470 casos por cada 100.000 habitantes, marcando un aumento del 920,5% en los últimos 12 meses. La situación alcanzó su punto más trágico con la muerte de un bebé de apenas cinco meses el miércoles, llevando a las autoridades a declarar la emergencia sanitaria.
Ante la gravedad de la situación, se anuncia la implementación de un hospital de campaña en Ceilândia, una de las comunidades más afectadas y empobrecidas del Distrito Federal, similar a los utilizados durante la pandemia de COVID-19, aunque estará operativo a partir de la próxima semana.