Las bandas criminales de Haití, que controlan el 80 % de la capital, Puerto Príncipe, e incluso las entradas y salidas de la ciudad, están mucho mejor organizadas y armadas que las de décadas anteriores, advierte un informe a la misión internacional aprobada por la ONU para intentar estabilizar el país.
El estudio publicado esta semana por Iniciativa Global contra el Crimen Transnacional, un grupo de expertos con sede en Ginebra, señala que en territorio haitiano funcionan unas 200 bandas, algunas de ellas «entidades bien armadas y estructuradas» con creciente capacidad de autofinanciación y cada vez mayor autonomía, con políticos y hombres de negocios a los que antes servían.
El informe señala que la existencia de bandas en Haití se remonta a los tiempos de la dictadura de François Duvalier Papa Doc, entre 1957 y 1971, con sus célebres Tonton Macoutes, pero durante décadas se trató principalmente de grupos desarticulados y débiles, algo que, asegura el informe, ha cambiado diametralmente.
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Nuevos líderes de las bandas, con larga experiencia, «han aprendido de los errores de sus jefes y ahora dirigen organizaciones más sofisticadas que se asemejan a cárteles, milicias o grupos paramilitares», señaló el documento.
En la capital, indica el informe, actúan al menos 23 grandes bandas, algunas de ellas con miles de miembros, que forman dos grandes grupos, como la Alianza G9, dirigida por el expolicía Jimmy Chérizier (alias Barbacoa) y originalmente ligada a uno de los principales partidos del país, el liberal-conservador Tet Kale.
Representantes en la zona fronteriza de diversas organizaciones respaldaron los pronunciamientos realizados por el presidente Luis Abinader en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crisis que arropa la vecina nación, Haití.
El presidente grupo nacionalista fronterizo, Arsenio Cruz, dijo que estaba de acuerdo con las decisiones tomadas por Abinader “que se concentre en lo que él ya ha anunciado, asumir directamente la protección de la República Dominicana”.
De no ser atendido la petición que ha hecho nuevamente el presidente Luis Abinader ante la Organización de las Naciones Unidas, esto podría traer grandes consecuencias a la República Dominicana.