SANTO DOMINGO, RD.- La joven asesinada, Paula Santana le faltaba menos de un año para culminar el curso de auxiliar de vuelo o azafata, el cual había iniciado con el propósito de sacar adelante a su madre, Johanny Escalante.
Para lograr la meta anhelada trabajaba en la empresa de zona franca Integer Holdings, de dispositivos médicos para pacientes cardíacos, para poder cubrir los costes de esos estudios.
El más grande anhelo de la joven de 23 años, que vivía en la Riviera del Caribe, en Santo Domingo Este, era montarse en un avión y viajar a todas partes de mundo.
Para cumplir ese deseo, sacó por primera vez su pasaporte antes que sus hermanos mayores.
Sin embargo, el pasaporte se quedará debajo del colchón donde lo guardó luego de que, aún en circunstancias no esclarecidas, le arrebataran la vida.