AGENCIAS.- La capital de Haití, Puerto Príncipe, experimentó el último día bajo el estado de emergencia declarado el domingo, marcado por tiroteos, saqueos y actos incendiarios, mientras el país afronta el caos generado por bandas armadas.
La ciudad permanece en un estado de parálisis, con instituciones, empresas y comercios cerrados, transporte público a paso lento y una creciente crisis de agua.
Las escuelas y universidades también permanecen cerradas, algunas convertidas en refugios improvisados para desplazados.
El aeropuerto internacional Toussaint Louverture lleva días cerrado debido a ataques a gran escala.
La Policía parece haber perdido el control, y las autoridades se muestran impotentes frente a las bandas armadas que perpetran secuestros, incendios, violaciones y asesinatos, forzando a la población a huir del centro de la capital con sus pertenencias.
La violencia se intensificó después de que el primer ministro, Ariel Henry, comprometiera elecciones para agosto de 2025. Las bandas han atacado infraestructuras públicas, comisarías y cárceles, resultando en la fuga de más de 3.000 presos.
La situación ha llevado a un colapso del sistema sanitario, con MSF reforzando sus actividades para atender a un creciente número de heridos.
La Federación de Colegios de Abogados de Haití expresó su extrema preocupación por la caótica situación, llamando a las fuerzas vivas del país a buscar nuevas vías para restaurar la paz y la democracia.
Ariel Henry, máximo líder del país desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, está actualmente fuera del país, sin marco jurídico ni contrapesos. La incertidumbre y la inseguridad persisten, y la población espera soluciones a esta grave crisis.
