Cada 14 de marzo se celebra de manera oficial el “Día de Pi” (π), una fecha que en la forma anglosajona se lee como 3/14, representando a la aproximación más básica del número irracional: 3,14.
Es así como la comunidad matemática ha generado casi un culto alrededor de esta cifra, celebrando y debatiendo constantemente sobre el origen e impacto de π. A tal punto que muchos consideran que Pi es una cifra que sirve para casi todo.
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Fue la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la que aprobó la creación de este día en el año 2009.
Su concepción surge desde la antigua Babilonia (1900 a.C.), donde de manera inequívoca los expertos de esa eran analizaron la relación entre los polígonos y círculos, llegando a una aproximación de 3,125. También se considera el papiro de Rhind, alrededor de 1650 a.C., como la continuación de su estudio. En el documento se arroja un cálculo de 256/81, en torno a 3,1604.
El valor de este número también está escrito entre los pasajes bíblicos. En el Libro de los Primeros Reyes, cerca del siglo VI a.C., se habla de un mar de metal fundido con una circunferencia de 30 codos y un diámetro de 10 codos, lo que daría un valor de pi igual a 3.
Sin embargo, sería en el 250 a.C., cuando el polímata griego Arquímedes quien tendría una aproximación exacta de este curioso número. Por medio de un algoritmo basado en el teorema de Pitágoras, el físico calculó sus límites superior e inferior, 3/7 y 310/71, lo que predecía un valor medio de 3,1418. A su vez, observó que ese resultado estaba relacionado a la operación entre el área de un círculo dividido por su radio.
Y justamente esa es la definición actual que tenemos de este número racional, con una sufra que tiene notablemente más decimales y a la cual constantemente continuamos aproximándonos más.