El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha condenado este viernes «en los términos más enérgicos» el ataque terrorista perpetrado en una sala de conciertos en el noroeste de la capital de Rusia, Moscú, que se ha saldado con 40 muertos y que ha sido reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico.
El Consejo de Seguridad también condenó «el atroz y cobarde atentado terrorista» en un comunicado publicado el viernes por la noche.
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«Este reprobable acto de terrorismo se saldó con la dolorosa pérdida de decenas de vidas», afirmaron los miembros del Consejo, que expresaron su más sentido pésame y sus condolencias a las familias de las víctimas y al pueblo ruso.
Los miembros del órgano reafirmaron que el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye “una de las amenazas más graves para la paz y la seguridad internacionales” y subrayaron la necesidad de “exigir responsabilidades y llevar ante la justicia a los autores, organizadores, financiadores y patrocinadores de estos reprobables actos de terrorismo”.
Instaron a todos los Estados a que, de conformidad con las obligaciones que les incumben en virtud del derecho internacional y de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, cooperen activamente con el Gobierno ruso, así como con todas las demás autoridades competentes, en esta tarea.
El ataque ha dejado, por ahora, con 145 heridos, 60 de ellos en estado grave, según ha informado el ministro de Salud ruso, Mijaíl Murashko. Por su parte, el Ministerio de Salud de la región de Moscú ha precisado que entre los heridos hay al menos ocho menores.
Los cinco atacantes han accedido al edificio vestidos de camuflaje y armados con metralletas y han realizado numerosas ráfagas de disparos contra civiles sobre las 19:15 horas (hora local). Las fuerzas especiales rusas han logrado evacuar el edificio y han puesto en marcha un operativo para capturar a los tiradores, que han huido.