REDACCIÓN.- La noche del domingo en la Gran Manzana se vio empañada por una ola de violencia que dejó tres víctimas mortales en dos tiroteos separados, sumiendo a la ciudad en el dolor y la consternación.
En el primer incidente, ocurrido en el bullicioso vecindario de Harlem, Ashley Ballard, una joven de tan solo 18 años, y Harry Mendoza, de 25, fueron alcanzados por disparos en una calle cercana a East 128th Street y Lexington Avenue.
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Las autoridades, alertadas por el sonido de los disparos, llegaron rápidamente al lugar para encontrar a Ballard con heridas graves en la espalda y la cabeza, mientras que Mendoza yacía con un disparo en la cabeza.
A pesar de los esfuerzos desesperados de los equipos médicos en el Hospital de Harlem, Ballard fue declarada muerta poco después de su ingreso, y Mendoza sucumbió a sus heridas apenas unas horas más tarde.
Mientras la comunidad de Harlem aún se recuperaba del primer tiroteo, otro trágico suceso se desencadenaba en el vecindario de Brooklyn. Bryan Henriquez, un adolescente de tan solo 17 años, fue baleado en el cuello y el torso cerca de 256 East 37th St. A pesar de los esfuerzos de los servicios de emergencia, Henriquez no logró sobrevivir y fue declarado muerto en el Hospital del Condado de Kings.
Estos violentos ataques han dejado a las autoridades y a la ciudad en estado de shock, mientras que las investigaciones continúan para determinar los motivos detrás de estos actos de violencia sin sentido. Hasta el momento, no se han realizado detenciones, y la comunidad espera con angustia respuestas y justicia para las víctimas y sus familias en medio de esta escalada de violencia que ensombrece la ciudad de Nueva York.