REDACCIÓN.- El piloto Peter Schott y sus dos pasajeros enfrentaron un desafío de proporciones épicas al aterrizar sin tren de aterrizaje en el aeropuerto de Newcastle, al norte de Sidney, Australia.
Ante la inesperada situación, Schott tomó la decisión de volar la avioneta Beechcraft Super King Air sobre el aeropuerto durante tres horas, quemando combustible y preparándose meticulosamente para el momento crucial.
Con una destreza asombrosa, la aeronave tocó tierra, deslizándose suavemente sobre el asfalto, dejando perplejos a todos los presentes, incluido el superintendente de policía Wayne Humphrey, quien describió el aterrizaje como «de libro de texto».
Tras el exitoso aterrizaje, los tres ocupantes fueron atendidos por paramédicos en el aeropuerto, sin necesidad de ser trasladados al hospital. Schott, un veterano de los cielos, compartió su confianza inquebrantable en su habilidad para llevar a todos a salvo a tierra firme, a pesar de las adversidades.
Los elogios no tardaron en llegar, con el pasajero Michael Reynolds destacando la calma y el profesionalismo del piloto durante toda la experiencia, reflejando el sentimiento de gratitud y admiración de todos a bordo.
