EFE, São Leopoldo. – El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este miércoles nuevas ayudas para unas 200,000 familias del estado de Rio Grande do Sul, sumido en el caos por unas graves inundaciones que han dejado 150 muertos y una enorme destrucción.
En un acto realizado en São Leopoldo, una ciudad en parte anegada de ese estado, Lula transmitió una mensaje de esperanza y garantizó que el Gobierno, además de auxiliar a las fuerzas productivas, «cuidará» también «a cada familia».
Entre las nuevas ayudas, dirigidas «directamente a las personas», según dijo Lula, una estará volcada a las familias que perdieron sus utensilios domésticos, que recibirán 5,100 reales (1,000 dólares) para reponerlos a través de la banca pública.
Según los cálculos iniciales, esa asistencia será recibida por unas 200,000 familias y alcanzará a un valor total de 1,200 millones de reales (235 millones de dólares).
Además, se permitirá que los afectados por el desastre accedan de forma anticipada a un fondo de garantías laborales y se facilitará el crédito público para la reconstrucción de viviendas o la compra de nuevas residencias.
Un Ministerio Extraordinario para la emergencia
Lula también formalizó la creación del Ministerio Extraordinario para la Recuperación de Rio Grande do Sul, que será ocupado por el actual titular de la cartera de Comunicación, Paulo Pimenta, nacido en ese estado.
Su misión será coordinar la asistencia federal con autoridades locales y centralizar una tarea que hasta ahora estaba a cargo de cada uno de los ministerios.
Esta fue la tercera visita que Lula hace a Rio Grande do Sul en las últimas dos semanas, desde que comenzaron los temporales.
Según el último balance oficial, las inundaciones han dejado hasta ahora 150 muertos, incluido uno en el vecino estado de Santa Catarina, unos 108 desaparecidos, 806 heridos y 620,000 desplazados.
Son unas 2,12 millones de personas afectadas por el desastre, que ha inundado total o parcialmente 446 de los 497 municipios de Rio Grande do Sul, uno de los estados más prósperos de Brasil y cuya economía está virtualmente paralizada desde hace dos semanas.