Nueva York (EFE).- En su último álbum, el artista puertorriqueño Jay Wheleer combina sus bases pegadizas de reguetón con letras intensas que narran historias de desamor y ruptura, inspiradas no tanto en sus experiencias personales sino en las lágrimas que derramó su madre por amor, según dice a EFE.
José Ángel López, el nombre real del cantante- cuenta que decidió «hacer música para el amor» tras ver a su progenitora sufriendo por ello: «Cada vez que voy a cantar de desamor me acuerdo de esos momentos, de mi mamá llorando en una esquina», asegura.
«Con 4 o 6 años veía a mi mamá sufrir y, sin saber los detalles, sabía que era el amor lo que lo estaba causando. Esos momentos marcaron mi vida y mi carrera», añade el artista, que recibe vistiendo un conjunto blanco y una gorra en la que se lee ‘Forgive yourself for yesterday’ (Perdónate por lo de ayer’).
El artista siempre ha presumido de dedicarle al amor un espacio en el reguetón (un género caracterizado por letras de carácter sexual), aunque explotó mucho más esta faceta en su último proyecto, ‘Música buena para días malos’, publicado hace tan sólo unas semanas.
Su inspiración a la hora de componer nace también de su abuela, que, al igual que su madre, «sufre mucho por amor», y a la que le tiene un especial cariño: «Es el amor de mi vida. El ser como soy, mis valores y el respeto que tengo hacia el mundo me lo ha enseñado mi abuelita», cuenta.
Precisamente ella es la coprotagonista de una campaña publicitaria que el artista ha realizado con una conocida cadena de comida rápida y para la que ha sacado una ‘cover’ de ‘Piel canela’, un bolero del también puertorriqueño Bobby Capó de 1952.
Al preguntarle si se animará a incursionar en este género en sus próximos proyectos musicales, el artista contesta que se atreve a «hacer de todo»: «Ese estilo de música me suma mucho y me obliga a cantar, a que cuando cante la gente me escuche diga ‘Okay, este tiene voz’», comenta con una amplia sonrisa.
Y, en este sentido, se muestra dispuesto a tocar otros palos musicales: «Hay algunos que me gustan y otros que no me quedan», dice entre risas, «Yo puedo intentarlo todo, y si yo veo que la voz se está escuchando bien pues lo hago más a menudo».