Diversas reformas económicas se introdujeron en América Latina y el Caribe en las últimas dos décadas, con el claro objetivo de aumentar la capacidad de generación de divisas, crecer de manera sostenida, y de lograr un mayor bienestar social.
La política comercial se reformó con celeridad para aprovechar ventajas comparativas. Sin embargo, a pesar de que la mayoría de los países de la región optaron por reformas económicas similares, la trayectoria de cada uno en cuanto al crecimiento, la desigualdad y la pobreza ha sido bastante heterogénea.
En este estudio del desempeño económico y del derrotero de la pobreza y de la desigualdad en Costa Rica, El Salvador y Honduras, se demuestra que a tal fin han sido determinantes, no sólo las reformas económicas, en particular la comercial, sino también otras políticas macroeconómicas, entre las cuales sobresale la cambiaria y el efecto de diversos choques externos, en especial los elevados flujos de remesas.
Asimismo, si bien la innovación tecnológica, posibilitada mediante importaciones menos costosas y la atracción de inversión extranjera directa (IED), resultó fundamental para potenciar los beneficios de la reforma comercial, es evidente que el crecimiento de la productividad amparado en el cambio tecnológico sólo es posible si se cuenta con una abundante mano de obra calificada y si la oferta exportable se ha diversificado y modernizado en los sectores con ventajas comparativas.
La política macroeconómica y el entorno externo actúan mediante una amplia gama de mecanismos de transmisión.
De ahí que los hallazgos de este estudio, que a su vez fundamentan las recomendaciones de política, se basen en resultados de simulaciones derivadas a partir de un modelo de equilibrio general computable (MEGC).
Para determinar de forma más realista los efectos en la desigualdad y la pobreza, el MEGC se complementa con una metodología de microsimulaciones con datos de encuestas de hogares, que utiliza además líneas de pobreza endógenas, generadas a partir del mismo modelo.