San Cristóbal. – Mencionar a José Antonio Figuereo Bautista, alias Kiko La Quema, en el municipio Cambita Garabito, en la provincia San Cristóbal, es invocar el nombre de quien los residentes consideraban su «protector».
A cuatro meses de la muerte del supuesto «microtraficante«, durante un enfrentamiento con agentes de la Policía Nacional, algunos habitantes de esta zona denuncian que se ha desatado una ola de delincuencia en la demarcación, indicando que los malhechores comenten sus fechorías a cualquier hora del día.
“Desde que dan las 6 de la tarde tiene uno que cerrar sus puertas, porque no tenemos seguridad, no podemos salir de madrugada; atracan donde quiera. Nos están acabando (…) Ahora que acabaron con Kiko, nos están acabando a nosotros”, manifestó la señora Isabel, residente en el sector 15 de Agosto.
Isabel sostiene que la zona se ha convertido en el escenario para la ocurrencia de tiroteos, y que muchas de las personas que Kiko cuidaba (los mantenía), se encuentran pasando calamidades. “Kiko lo que hacía era poner el orden. Él vendía su vaina, uno no puede apoyar lo mal hecho, pero él nos ayudaba. Él ayudaba a mucha gente. Hay gente que no comen, que comen si le dan algo, porque Kiko los mantenía”, agregó la mujer.