La Habana.- “¡Entró el agua!”, gritan los vecinos del barrio de Jacomino en San Miguel del Padrón y comienzan a saltar de alegría.
Llevan cuatro días esperando por el preciado líquido en esta humilde comunidad al este de la capital cubana.
De la algarabía pasan a la resignación en cuestión de minutos porque ahora entran en una carrera contrarreloj antes de que se vaya el agua otra vez.
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Las autoridades locales achacan la crisis del agua a los apagones –fruto de la crisis energética- y a las averías en los equipos de bombeo y en las redes hidráulicas.
Precisamente, un apagón el pasado jueves provocó una rotura en las instalaciones que abastecen de agua a la capital cubana por el que cerca de la mitad de la población de La Habana quedó temporalmente sin suministro.
“Esto es criminal, ahora dicen (las autoridades) que es por una rotura, pero lo del agua es de años”, se queja a EFE Deisy Lubis Pérez, mientras almacena agua en su tanque de plástico.