LOS ÁNGELES.- La situación de Kawhi Leonard en Los Angeles Clippers empieza a ser más que sorprendente. Pese a entender que extendiesen su contrato para que fuese la cara del traslado al nuevo pabellón de la organización californiana, hablar de 3 años y 153 millones de dólares por su actual versión suena a cierta locura, más cuando ni siquiera está bien físicamente…
Sin poder jugar prácticamente en los pasados playoffs, hace días conocimos que seis meses después su rodilla no está bien, lo cual le llevará a seguir un plan personalizado que en caso alguna asegura su presencia sobre el parqué en la jornada inaugural de la temporada 2024-25 de la NBA…
Dicho lo anterior, al menos se podría pensar que puede ser una especie de líder en el vestuario o que puede guiar a sus compañeros para dar forma a un grupo que compita. No parece que vaya a ser así. El ganador de dos anillos explica que ha estado observando a sus nuevos compañeros en el training camp y apunta que «nadie se destacó hasta ahora».
Lo cierto es que puede ser el año de la caída definitiva de los Clippers. James Harden aparece como pieza principal del equipo, pero no hay mucho más y, sin Leonard para iniciar el curso, ver a los angelinos en las últimas posiciones de la Conferencia Oeste podría convertirse en realidad.