El joven coach pertenece a los Leones; fue manager del Licey.
SANTO DOMINGO.- Tony Díaz es una de las joyas que se pueden encontrar en el staff de coaches de los Leones del Escogido. Díaz suele cumplir su trabajo con la novena escarlata, como coordinador de infield, con una sonrisa elegante y un comportamiento afable.
Es el cuarto equipo del béisbol invernal dominicano donde estampa su nombre, fue parte de Gigantes del Cibao, Toros del Este y Tigres del Licey.
Esos últimos, los azules, le dieron la oportunidad de ser dirigente en la temporada 2021-2022; luego de diez partidos y con un récord de 4-6 fue despedido de la posición. A pesar del mal sabor de boca dejado por su primera experiencia como manager en el béisbol invernal, Díaz no cierra las puertas a volver a dirigir una escuadra.
«Yo no me pongo límites. Realmente mi mentalidad es seguir marcando la diferencia donde quiera que estoy y ser excelente en lo que hago. Si llega la oportunidad, bienvenida sea», expresó.
Se dice en el argot popular que cuando una puerta se cierra otras se abren, en el caso de Tony Díaz ocurrió la misma situación. El hoy entrenador emprendió un viaje a los Estados Unidos con una beca deportiva a los 19 años.
Tony pudo conseguir ser seleccionado en la ronda 46 del sorteo de 1995 por los Angelinos de Anaheim, pero poco tiempo después volvió a la escuela después de rechazar la selección.
Luego una lesión, que provocó tres tornillos en su hombro derecho, lo colocó fuera del juego de pelota.
Es ahí donde surge el nombre de Tom Kotchman, leyenda de las sombras del béisbol, que drafteó a Díaz como jugador observando sus cualidades, posteriormente miro sus habilidades como preparador y le recomendó que sea entrenador.
«Él pensaba que yo tenía gran futuro, que podía ser impactante como coach. Empecé mi carrera como coach a los 23 años en la organización de los Colorado Rockies y gracias a Dios 25 años más tarde estamos aquí», acotó.
19 años fue su estadía con los Rockies, más tarde en 2019 aterrizó en Minnesota, donde se desempeñó como coach de tercera base y luego instructor de la banca hasta el 2 de octubre de 2024.
Tony Díaz, de mediana estatura y con un hambre gigante de trabajar explica que uno de sus jugadores favoritos es Carlos Correa, por la estrecha relación creada con el campo corto boricua en los últimos años.
También aportó que uno de los jugadores que más apreciaba cuando todavía jugaba era Roberto Alomar, ya que se desempeñaba en la segunda base al igual que él.
Díaz es una de esas historias que se encuentran escondidas entre los manglares del béisbol. Su biografía puede servir de inspiración a cientos de jóvenes amantes de este deporte que ven sus sueños de ser profesionales apagados por alguna vicisitud.