Santo Domingo. – Los pastelitos, un clásico de la cena de Nochebuena en los hogares dominicanos, son mucho más que un aperitivo: representan tradición, creatividad culinaria y, en ocasiones, un motivo de intenso debate.
Mientras unos prefieren disfrutar de su masa crujiente y relleno de pollo o res sin distracciones, otros defienden apasionadamente el toque dulce que aportan las pasas.
Durante todo el año, los pastelitos suelen servirse sin pasas en fiestas y encuentros.
Sin embargo, la llegada de la Navidad trae consigo la particularidad de agregar este fruto seco a los rellenos, lo que, para muchos, eleva su sabor y los hace aún más especiales.
“Las pasas le dan un contraste dulce que combina perfectamente con el relleno salado de la carne. Para mí, es un clásico navideño que no puede faltar”, comenta Ana Guerrero, chef y amante de la gastronomía dominicana.
Por otro lado, están quienes rechazan la incorporación de las pasas, argumentando que alteran el balance de sabores.
“El pastelito perfecto no necesita pasas. La carne sazonada es suficiente para resaltar el sabor. Cuando muerdes y te encuentras con una pasa, rompe con la textura y el sabor que esperas”, señala Roberto Sánchez, un padre de familia fiel a las recetas tradicionales.
Las redes sociales se convierten cada diciembre en un campo de batalla entre los defensores y detractores de las pasas en los pastelitos. Encuestas informales suelen dividir a los dominicanos en dos bandos, demostrando que este pequeño detalle es capaz de generar grandes pasiones.
Lo cierto es que, con o sin pasas, los pastelitos son una parte esencial de la gastronomía navideña dominicana. Su preparación reúne a las familias en la cocina, y su sabor evoca recuerdos de momentos compartidos alrededor de la mesa.
En definitiva, este debate culinario refleja algo más grande: la diversidad de gustos que caracteriza a los dominicanos y que enriquece sus tradiciones. ¿Y tú, cómo prefieres tus pastelitos?