Por Nelson Rojas
El Miércoles Santo se encuentra en la Semana Santa, un tiempo de profunda reflexión y preparación espiritual. Este día nos invita a sopesar el significado de la traición y el sacrificio, así como la importancia de la sinceridad en nuestra relación con Dios.
En el contexto bíblico, este día recuerda la traición de Judas Iscariote, quien, por treinta piezas de plata, decidió entregar a Jesús. Este acto nos lleva a reflexionar sobre nuestras propias elecciones y lealtades. ¿Estamos siendo fieles a nuestros principios y creencias, o hay momentos en los que traicionamos lo que sabemos que es correcto por conveniencia o temor?
Además, el Miércoles Santo es un llamado a la introspección. Es un momento para examinar nuestros corazones y nuestras motivaciones. Jesús, en su camino hacia la cruz, nos muestra el verdadero amor y sacrificio. Nos hace preguntar: ¿Cómo estamos viviendo nuestra fe? ¿Estamos dispuestos a seguir su ejemplo, incluso cuando es difícil?
La reflexión en este día también nos anima a prepararnos para el Triduo Pascual, recordándonos que la resurrección solo llega después de la crucifixión. Nos invita a abrazar nuestras propias luchas y sufrimientos, entendiendo que a través de ellos podemos experimentar una transformación espiritual y un renacer en nuestra vida.
En conclusión, el Miércoles Santo es una oportunidad para volver nuestra mirada hacia dentro, evaluar nuestras acciones y hacer un compromiso renovado con nuestra fe. Que este día nos inspire a vivir con autenticidad, amor y valentía, siguiendo el camino que Jesús nos ha trazado.Bendiciones,
