Por Nelson Rojas
El Domingo de Resurrección, también conocido como Pascua, es un momento central en la fe cristiana. Este día celebra la resurrección de Jesucristo, un evento que representa la victoria sobre el pecado y la muerte. En el Evangelio de Mateo 28:5-6, se nos dice que el ángel del Señor anunció a las mujeres que fueron al sepulcro: «No temáis; porque sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo».
Esta resurrección no solo es un evento histórico, sino que también simboliza una nueva vida. Para los creyentes, la resurrección es un recordatorio de la esperanza y la renovación. Nos invita a reflexionar sobre el poder de Dios para transformar nuestras vidas, incluso en los momentos más oscuros.
Además, el Domingo de Resurrección nos llama a vivir en la alegría y la esperanza que trae la resurrección. Como dice Romanos 6:4: «Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que, como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva». Este es un llamado a vivir con propósito y a compartir esa esperanza con los demás.
La Pascua es una celebración de la vida, la esperanza y el amor incondicional de Dios. Es un tiempo para recordar que, a través de la resurrección de Cristo, todos tenemos la oportunidad de experimentar una nueva vida llena de fe y alegría. Bendiciones,
