WASHINGTON. – El presidente estadounidense, Donald Trump, presumió este martes de ser un mandatario que respeta la ciencia e impulsa las políticas ambientales basadas en el crecimiento económico, en el marco de la celebración del Día de la Tierra.
La Casa Blanca aseguró en un comunicado que las medidas ambientales tomadas este año han brindado a los estadounidenses el aire y agua “más limpios del mundo durante generaciones”.
“En el Día de la Tierra, por fin tenemos un presidente que sigue la ciencia”, destaca la nota de prensa.
Trump cargó nuevamente contra la Administración anterior y destacó como puso fin a las medidas tomadas por el expresidente Joe Biden (2021-2025) a las que calificó de «estafa verde».
Por ejemplo, el Gobierno Trump echó hacia atrás la pausa impuesta a las exportaciones de gas natural licuado, esto a pesar de que una investigación del Departamento de Energía encontró que ese producto perjudica al clima y a los consumidores.
Trump aseguró que en su primer mandato EE.UU. lideró la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y lo hará nuevamente en este segundo periodo.
No obstante, el mandatario estadounidense ha recibido críticas de los ambientalistas por las medidas tomadas, como el anuncio de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, un paso que también dio en su primer periodo.
Con su retirada del Acuerdo de París, EE.UU. se sumó a la corta lista de países que han abandonado este acuerdo climático, entre ellos Irán o Yemen, en un año en el que los firmantes tienen que presentar sus planes para recortar las emisiones.
Trump también ha enfrentado críticas de cerca de dos mil investigadores y científicos que enviaron a inicio de este mes un SOS al pueblo estadounidenses de que “la actividad científica del país está siendo diezmada».
Los firmantes -a título individual y entre los que hay premios nobel- son miembros de las academias nacionales de ciencias, ingeniería y medicina, y señalan que el Ejecutivo de Trump está recortando «drásticamente» la financiación de las agencias científicas y de los laboratorios, cancelando subvenciones a investigadores y obstaculizando la cooperación científica internacional.
El SOS advierte de que si se desmantela la investigación Estados Unidos perderá «ventaja científica».