El despliegue de la operación fue impulsado por la denuncia reciente presentada por familiares de los desaparecidos, quienes manifestaron su creciente preocupación por el paradero de sus seres queridos.
Equipados con linternas entre las ruinas, agentes de policía detectaron su presencia y procedieron a detenerlos, encontrándolos en posesión de material de grifería y otros objetos.
Este último, actualmente en prisión preventiva en la cárcel Najayo, San Cristóbal, enfrenta acusaciones de estafar a decenas de personas con más de 300 millones de pesos a través de un esquema piramidal.