Esta jornada de oración tuvo lugar en todas las parroquias y comunidades y contó con la participación de sacerdotes, religiosos y fieles, para así denunciar los secuestros en Haití.
Estos datos aparecen en el último informe del secretario general de la ONU al Consejo de Seguridad sobre Haití, que dibuja un panorama cada vez más preocupante de la violencia en el país caribeño.
Las manifestaciones, que incluyeron barricadas de neumáticos en llamas en Les Cayes, así como bloqueos en municipios como Torbeck, Les Côteaux y Camp Perrin, provocaron el cierre de negocios, escuelas y oficinas públicas.
Explicó que, aunque se han enfrentado a algunos retrasos relacionados con asuntos medioambientales, los diseños finales se entregarán en el plazo mencionado.
Francisco después hizo un llamamiento «para que cese la violencia que tanto sufrimiento causa a ese querido pueblo» después de que desde hace algún tiempo se han recrudecido las hostilidades entre bandas armadas que llevan a cabo intensos ataques en el barrio capitalino de Solino, situado a pocos kilómetros del Palacio Nacional.