
Un carguito no es el nombre e’ fulanito
Por Mileydi Montero. Hay que tener un desenfrenado e inimaginable elevado nivel de enajenamiento emocional, vacío existencial y deterioro neuronal para andar exponiendo un puesto político, profesión o función administrativa en la institución que sea, como su referente personal y/o autodefinición de su calidad humana. El ser humano que se permite caer en el abismo…